Repensar el Retiro: Más que un Simple Punto Final


Te cuento algo gracioso. Durante mis 20 años ayudando a la gente a ahorrar e invertir para el retiro, siempre pensé en ese momento del retiro como un punto definitivo: el “momento de la verdad,” cuando decidís que no querés trabajar más. Hasta hace poco, no se me había ocurrido pensar mucho más allá de esa fecha. Creía que una vez que llegabas al retiro, la historia estaba completa. Pero ahora, mientras me acerco personalmente a ese momento, me doy cuenta de que hay mucho más que considerar al otro lado.

Lo curioso es que, cuando finalmente alcanzás ese “momento de la verdad,” de repente ves la posibilidad de tener 20 o 30 años más por delante. Y aunque tener los recursos necesarios para esos años es importante, empieza a sentirse como solo una parte de la ecuación. Una vez que esa necesidad está cubierta, surge una nueva pregunta: ¿qué voy a hacer en los próximos 20 o 30 años? Es una pregunta graciosa… y un poco inquietante.

Al hablar con personas de mi edad, noto que pocos se imaginan pasando las próximas décadas en unas vacaciones interminables. Y esta realización me llevó a repensar el retiro en sí. Quizás el retiro no se trata de alejarse del trabajo en absoluto. Para mí, el trabajo siempre ha sido algo que realmente disfruto, así que tal vez la clave de esta fase no sea dejar el trabajo atrás, sino redefinir lo que significa.

Cómo Evoluciona el Trabajo en Diferentes Etapas de la Vida

Mirando a mis hijos, que recién empiezan a trabajar, veo cómo el trabajo significa algo distinto para ellos. Ellos trabajan para ganar independencia, para tener su propio espacio y construir una vida fuera de la familia. En esa etapa, el trabajo les da la libertad de vivir como quieren.

Tengo amigos en sus 30 y 40 años que están en una etapa distinta. Para ellos, el trabajo es un vehículo para ganar reconocimiento y lograr metas. En esta etapa, el trabajo define quiénes son y da forma a cómo los ven los demás. El éxito, la reputación, y el crecimiento profesional son fundamentales. El trabajo y la identidad se entrelazan profundamente.

Pero cuando llegamos a los 60 años, todo eso empieza a cambiar. Ya no estamos tan enfocados en subir la escalera profesional o ganar reconocimiento. La presión por alcanzar ciertos logros se desvanece, y hay espacio para que surjan nuevas motivaciones. Nos preguntamos: si quitamos los aspectos financieros y de reputación del trabajo, ¿qué queda? ¿Cómo se ve el trabajo cuando se trata más de satisfacción personal que de logros externos?

Redefiniendo el Retiro en Torno a la Pasión y el Propósito

Ahora veo el retiro no como un punto final, sino como un momento para conservar los mejores aspectos del trabajo y dejar ir lo que ya no tiene sentido para mí. En lugar de centrarme en lo que “debo hacer” para seguir adelante, ahora puedo preguntarme qué quiero hacer para vivir de forma plena.

El profesor y autor Morten Hansen ofrece una distinción que me ayuda a pensar en esto: Pasión es hacer lo que te entusiasma y te energiza—es lo que el mundo te da. Propósito, en cambio, es lo que das al mundo, las contribuciones que hacés por los demás. Para mí, redefinir el retiro significa crear una vida en torno a estos dos elementos. Este cambio me permite hacer preguntas más profundas: ¿Qué me da alegría? ¿Qué puedo ofrecer que sea significativo?

La Libertad de Elegir

Esta nueva visión del retiro no significa dejar de trabajar; significa darle forma al trabajo en torno a la pasión y el propósito. Ahora tengo la libertad de seguir proyectos que me inspiran, que me permiten dar algo a los demás y que me traen alegría. En esta etapa, el retiro no se trata de dejar el trabajo, sino de entrar en una vida guiada por la intención y el sentido.

Este viaje no se trata de alejarnos del trabajo, sino de evolucionar con él. Se trata de redefinir el trabajo para que refleje lo que realmente importa, haciéndolo menos una obligación y más un propósito. Y ese es un lugar bastante emocionante para estar.

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