No me estoy jubilando. Sólo reconstruyendo.
Y reconstruir, justamente, es de lo que se trata esta etapa de la vida.
Me tomé un par de meses sin escribir, principalmente para hacer un poco de espacio en la cabeza y ver lo que quiero hacer con este boletín. La verdad es que todavía lo estoy procesando. Por ahora, decidí seguir cómo empecé: pensar en voz alta sobre lo que significan estas transiciones, especialmente a medida que vamos envejeciendo.
Y sinceramente, hacerlo en LinkedIn me resulta interesante. Es una plataforma que se usa para compartir logros profesionales, promociones, premios, éxitos. Pero muchos de los que estamos acá ya no estamos en esa. Ya no estamos corriendo atrás del próximo logro profesional. ¿Qué viene después de todos esos logros? Hay que pensar en la vida en otros términos: el sentido, el legado, la energía, las relaciones, la salud, el tiempo.
Algunas personas me han escrito preguntando si esto significa que me estoy jubilando. La respuesta es: no. Sigo trabajando. Todavía amo lo que hago. Me siento afortunada de tener salud, energía y un montón de ideas y proyectos que me entusiasma.
Pero sí estoy, como muchos de ustedes, repensando qué significa el trabajo para mí. Tengo la suerte de tener un negocio que todavía me da alegría. Y también estoy pensando cómo va a evolucionar ese negocio, cómo podría seguir funcionando el día que yo ya no esté o no pueda estar tan presente. Por suerte, siento que ese día todavía queda lejos, pero justamente por eso tengo el lujo (y la responsabilidad) de pensarlo ahora.
La vieja idea de la jubilación—como un final abrupto—no me representa. Pero sí puedo decir que entré en una nueva etapa. Una etapa en la que muchas de las metas que me definieron ya se cumplieron—o simplemente ya no me dan la misma alegría. Una etapa donde aparecen otras preguntas.
Cuando somos jóvenes, el camino es bastante claro: estudiar, conseguir laburo, alquilar tu primer apartamento, casarte, tener hijos, mandarlos a la universidad, generar ahorros suficientes para vivir sin trabajar. Pero llega un momento en el que ya hiciste todo eso. Y entonces… ¿qué sigue?
También siento que capaz sería interesante escribir sobre temas un poco menos cómodos. Cosas que nos pasan con la edad, preguntas que esquivamos, emociones que no siempre sabemos cómo nombrar. No tengo una agenda definida ni un gran plan. Estoy acá para explorar y ver adónde me lleva.
Así que voy a estar explorando todas estas preguntas. Mi deseo es que me acompañen, no solo como lectores, sino como parte de la conversación. Creo que nuestra generación está entrando en un territorio nuevo. No estamos envejeciendo como lo hicieron nuestros padres. Y hay mucho que podemos aprender si nos escuchamos, si compartimos, si seguimos siendo curiosos. Gracias por estar.